Modernizar el cielo mexicano: ¿Quién gobierna realmente SENEAM?

En tiempos de transformación tecnológica, transparencia y seguridad aérea global, el sistema mexicano de navegación aérea parece estancado en una administración sin visión y una estructura atrapada en el pasado.

SENEAM, órgano clave para la seguridad operacional en el espacio aéreo nacional, enfrenta hoy retos enormes: rediseños mal implementados, presiones sindicales, rezagos tecnológicos y una industria que exige estándares internacionales. Pero más allá de los síntomas, surge una pregunta estructural.


¿Quién dirige realmente SENEAM?

El actual titular, Javier Alonso Vega Dour, ocupa formalmente la dirección general. Sin embargo, múltiples voces del sector aeronáutico —técnicos, operadores y observadores externos— coinciden en que la toma de decisiones parece responder más a una red de lealtades heredadas que a una visión técnica y de futuro.

En el centro de esta red aparece, inevitablemente, una figura histórica: Roberto Kobeh González, exdirector de SENEAM por casi dos décadas y expresidente del Consejo de la OACI. Su trayectoria internacional es incuestionable. Lo que sí se cuestiona hoy es su presencia informal y persistente en las decisiones del organismo, donde se le atribuye mantener influencia a través de familiares, excolaboradores y estructuras que datan de hace más de 20 años.

El problema no es el legado, sino la incapacidad de renovarlo.
SENEAM no puede seguir operando bajo los esquemas de 1990 mientras el mundo avanza hacia la gestión automatizada del espacio aéreo, la integración de sistemas de aeronaves no tripuladas (UAS) y la interconectividad total entre aeropuertos. La pregunta no es si Kobeh merece respeto por su trayectoria; la pregunta es por qué su sombra todavía decide lo que pasa en las torres de control nacional.

Modernizar el cielo mexicano requiere más que administrar la rutina: requiere liderazgo real, visión operacional, legitimidad interna y conexión internacional.
La navegación aérea no se dirige desde la nostalgia ni desde redes heredadas, sino desde la urgencia de resultados y la credibilidad técnica.

México tiene el talento. Tiene la oportunidad. Lo que le falta es decidir si quiere despegar o seguir esperando instrucciones de vuelo… de hace 30 años.

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