Mientras tú ves stories desde el camastro, cientos de familias están perdiendo su única fuente de ingresos.
Acapulco no solo es el escape de fin de semana ni el lugar donde se tomaron tus papás su primera chela con mariscos. Hoy, está enfrentando una crisis que va mucho más allá de un mal clima: el mar de fondo —ese fenómeno que parece sacado de una metáfora de desamor— está destruyendo literal y emocionalmente a su sector restaurantero.
Olas de hasta 3 metros, lluvias constantes y alertas meteorológicas han vaciado las playas. Resultado: restaurantes con ventas desplomadas hasta en 40%, estructuras colapsadas y trabajadores sin propinas ni clientes.
En Pie de la Cuesta, Revolcadero y Bonfil, negocios como Gaviotas II ya perdieron bardas, terrazas y más de 1.5 millones de pesos en daños. Y mientras tanto… la ayuda oficial brilla por su ausencia.
🎤 “El mar se está comiendo nuestras cocinas, y con ellas, años de trabajo”, cuenta Freed, un cocinero tradicional de la zona.
Pero… ¿por qué debería importarte si ni vas a Acapulco?
Porque lo que está pasando es un reality check brutal:
- 🌍 El cambio climático ya está aquí, no es cosa del futuro ni solo de los polos derritiéndose. Está arrasando con negocios locales que viven del turismo.
- 👩🏽🍳 El turismo no se sostiene solo con hoteles nice y selfies en albercas. Detrás de cada plato que comes hay familias enteras que dependen de que el mar no se los trague.
- 🧩 El modelo turístico que conocemos está fracturado. Los hoteles siguen llenos (76% de ocupación), pero los restaurantes y vendedores de playa están en crisis. El balance se rompió.
Si vas a Acapulco este verano o a cualquier playa del país, apoya local. Pide en fondas, deja propina, pregunta si están bien. No todo se arregla con una story bonita. Algunos están luchando por no cerrar.
Y si no vas, levanta la voz. Porque el mar de fondo no solo arrastra arena: también está arrastrando el futuro de miles de familias.
Leave a Reply